¿Qué le dijo Jesús a Pedro antes que lo negara?
Jesús le dijo: «Te digo de verdad: esta noche, antes de que cante [el] gallo, me negarás tres veces». Pedro le dice: «Aunque tenga que morir contigo, de veras no te negaré». Lo que viene después son, efectivamente, las tres negaciones de Pedro.
¿Cuándo Jesús le dice a Pedro que lo va a negar?
En la última cena, cuando Jesús anunció que sería abandonado por todos, Pedro le dijo: “Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré” (Mc 14,31).
¿Qué le dijo Jesús a sus discípulos en la última cena?
Pedro le dijo: “¡Señor, tú lavarme los pies a mí!, ¡De ninguna manera!” Jesús le miró y le contestó: “Lo que yo hago ahora, tú no lo entiendes. Lo entenderás más tarde”. … Entonces Jesús le dijo: “Si yo no te lavo los pies, no puedes ser mi discípulo y ya no serás amigo mío”.
¿Qué le dijo Pedro a Cristo?
Sin vacilar, Pedro dijo: “¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente! “Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mateo 16:16–17).
¿Que le quiso decir Jesús a Pedro cuando le dijo apacienta mis ovejas?
Le dice: “Apacienta mis ovejas”. Es decir, que no le recomienda la prácticas ascéticas tan difundidas, en sus tiempos, sino que confía a su amigo que le ama y al que Él ama lo que le es más precioso, las almas humanas.
¿Qué mandato les dio Jesús a sus discípulos?
En Lucas, Jesús comisiona a sus discípulos a predicar el arrepentimiento y el perdón, y promete que tendrán el poder divino. En Juan, Jesús dice a los discípulos tendrán el Espíritu Santo y la autoridad para perdonar los pecados y de retener el perdón.
¿Qué fue lo último que le dijo Jesús a Pedro?
En Mateo 16:18, Jesús continúa: Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos.
¿Que le entrego Jesús a Pedro?
Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»